martes, 29 de septiembre de 2009

28.09: Carlos Venancio nos visitó








El lunes tuvimos la presencia de Carlos Venancio, quien dio una clase contundente sobre el abordaje de sistemas de identidad de alta complejidad a partir de su experiencia con comitentes de gran envergadura. De cara al trabajo práctico creo que lo que Carlos nos planteó a partir de sus experiencias deja mucho para pensar los tps. Por un lado abordar la complejidad, tanto comunicacional como de implementación a partir de unidades visuales claras y reconocibles, los estribillos visuales que aparecen en el apunte. Y que estas unidades puedan referir, tanto formalmente como significativamente con el signo. Se trata de trabajar la complejidad, no complicarla. Un sólido sistema de identidad puede volverse interesante articulando estructuras simples, que sean fáciles de implementar. Pensar en desarrollar un programa de identidad para empresas que tienen presencia nacional y más allá es algo que da mucho vértigo, sobre todo porque uno no puede estar corriendo detrás todos los que se encargarán de llevar a la realidad cada aplicación. Aquí se pueden hacer paralelismos con la composición musical, estructurada por un sistema de notas relativamente simple, que según como se articulen pueden formar los distintos géneros musicales. Lo que es constante es que cualquier canción necesita de estructuras que permitan su rememorabilidad y apropiación, los estribillos. Y por lo general son simples y cortos, cualquier canción sin esa cualidad puede ser muy buena pero será difícil de apropiar. Solo basta pensar las canciones de cancha que reversionan canciones populares. Por otra parte los estribillos dan puntos de tensión o inflexión en algo que está hecho a la base de repetición de estructuras. En eso un sistema de identidad que solo repite formas se convierte en un tema de música electrónica que tan solo es un loop interminable de notas muy simples, una textura. No es lo mismo articular un sistema en base a repeticiones, que repetir una articulación como base del sistema. La diferencia entre un sistema que atrae a otro que solo aburre, En eso los ejemplos de Sullair, YPF o Morph son ejemplos de diferentes intenciones y necesidades donde a partir de elementos muy concretos yo puedo mantener uniformidad pero teniendo variedad y capacida de de apertura para renovar el sistema.
Otra diferencia está en tener un sistema orgánico y abierto/dinámico o tener un sistema fosilizado, estático y cerrado. En eso lo visto para Sullair fue muy gráfico y claro.
Tal vez otra idea/tip como para tener siempre a mano es que la elección tipográfica concreta, una paleta de colores clara (dos buenos colores son más que suficiente) y un elemento en el signo/marca que permita su deconstrucción pueden ser la base de un gran sistema.
Por último un recurso interno, que los "amigos" del marketing saben utilizar y hacen grandes negocios a partir de él, que es ponerle nombres a las aplicaciones. Ponerles nombre puede parecer un recurso casi que desmerece el asunto, pero si uno le pone un nombre que tiene que ver con la función y la razón de ser del recurso/elemento entonces uno al convertirlo en actor, sujeto tiene más claro qué puede hacer y no hacer. El ejemplo del "peine" de Morph es claro en ese sentido. Cuando uno nombra las cosas les da entidad, casi en un sentido freudiano. Y un sistema tiene algo de puesta en escena. Uno debe saber qué actores tiene, y por dónde deben desplazarse.
Gracias Carlos.

Juan Miranda

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