Los diseñadores tendemos a complicar y a complicarnos. La respuesta a una demanda de diseño puede ser sencilla y en esa sencillez contundente. No necesariamente hay que llenar de layers, efectos de photoshop y demases para que una pieza de diseño esté buena, pues antes que eso debe haber otra cosa: ingenio. Estos afiches del zoo del Bronx son un buen ejemplo de como un gag sencillo de acceder (algo clave en comunicación visual) puede generar mucha empatía en el espectador y diversas lecturas. Cuando el otro es incorporado e incluido en esa mirada "genial" sobre las cosas el diseño gráfico se vuelve potente.
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